30 de noviembre de 2010

Desarrollo infantil del Recién Nacido


Para un buen desarrollo infantil desde recién nacido la relación con el entorno no se realiza sobre una base científica, sino en relación con el buen trato y el derecho a la intimidad y a la confidencialidad que tienen las personas.

En caso de que la salud del recién nacido o de la madre, o las dudas que puedan surgir en la valoración del niño obliguen a separarlos inicialmente, si en pocos minutos se comprueba que la situación de ambos es adecuada, se debe iniciar el contacto piel con piel lo antes posible de este binomio madre-hijo(a), para un buen inicio del desarrollo infantil.




El concepto de recién nacido saludable se refiere al aspecto de éste al nacer y se corresponde en la mayoría de los casos con un recién nacido sano, esta situación se establece de forma continua desde los cuidados prenatales.

No puede basarse sólo en la ausencia de enfermedad aparente en el momento del nacimiento de un recién nacido a término y vigoroso, ya que sólo un adecuado control de la gestación garantiza en el desarrollo infantil que se han descartado o estudiado y tratado todos aquellos procesos que pueden conllevar un riesgo para el recién nacido.

Por lo tanto, sólo tras un control y un seguimiento obstétrico adecuado, con ausencia de factores de riesgo perinatales y tras un parto normal después del final de la gestación, el resultado es un recién nacido sano y de bajo riesgo.

Antes del inicio del parto es necesario disponer de toda la información médica perinatal para poder asegurar la ausencia de factores de riesgo que pueden conllevar una enfermedad neonatal inmediata.

Lo ideal es que el historial clínico perinatal deba estar a disposición del personal responsable del cuidado y de la atención del recién nacido en el momento de su nacimiento con suficiente antelación. En él deben constar (además de la historia obstétrica y los antecedentes de otras gestaciones) los controles y revisiones con los datos cronológicos de la gestación, los estudios ultrasonográficos, el desarrollo fetal y la detección sistemática de malformaciones, así como situaciones de riesgo fetal y neonatal, estado de colonización recto-vaginal por estreptococo del grupo B, grupo sanguíneo materno y antecedentes familiares de enfermedades de posible transmisión genética.

Las causas de la aparición temprana del retraso del crecimiento es diverso entre las poblaciones de diferentes circunstancias biológicas, ambientales y culturales. Esto se ejemplifica en el proyecto CRSP Nutrición, que tuvo lugar en tres diferentes poblaciones y condiciones ecológicas. Dentro de cada área de estudio se identificaron una combinación de diferentes variables de los factores causales. Por lo menos en Kenia, y probablemente en México, el problema tiene sus antecedentes en el embarazo y antes de este. Determinantes de gran alcance como el tamaño de los bebés al nacer y durante los primeros 6 meses de vida se relacionan con la talla materna, el peso y el aumento de grasa durante el embarazo y la lactancia. En los tres países se observó un aumento de embarazos de bajo peso  (Eur J Clin Nutr. 1994 Feb;48 Suppl 1:S90-102).

En todo recién nacido es recomendable realizar el test de Apgar al minuto y a los 5 min tras el pinzamiento del cordón umbilical, considerada la primera valoración de la vitalidad del recién nacido y base en el crecimiento y desarrollo infantil.

Debe realizarse una inspección inicial para comprobar el estado de bienestar del recién nacido, de sus reflejos innatos. Si su estado es sano, la transición y la adaptación inicial puede realizarse de forma espontánea sin necesidad de manipulación.

Se insiste en que el momento del parto es un acto íntimo que requiere un entorno que favorezca la confianza, la comodidad y la relajación de la mujer.

El nacimiento de un recién nacido sano y vigoroso después del término de la gestación representa una de las situaciones más frecuentes en la atención sanitaria, en la que es necesario evitar un posible exceso de intervencionismo, ya que puede llegar a ser perjudicial para desarrollo infantil y puede, además, privar a la familia del disfrute de un acontecimiento feliz y dificultar el establecimiento del vínculo familiar.

Igualmente, y debido a que la mayoría de los partos normales en las mujeres sanas y sus recién nacidos sanos evolucionan sin complicaciones, es prioridad de los cuidados posnatales el reconocimiento precoz de las desviaciones de la normalidad del desarrollo infantil para intervenir en la forma que sea preciso (An Pediatr Barc.2009; 71(04) :349-61).

La alimentación es muy importante para el inicio del buen desarrollo infantil del recién nacido. Hallazgos indican la necesidad de una dieta equilibrada y la educación no formal para fomentar el desarrollo infantil, sobre todo de inteligencia, durante los seis primeros años de vida (Indian J Public Health. 1994 Oct-Dec;38(4):133-42).

La desnutrición según lo revelado por las variables antropométricas en estudios, se produce con una alta prevalencia entre los niños con retraso mental. La prevalencia aumenta con la edad, el aumento de déficit de coeficiente intelectual y parálisis cerebral  (Acta Paediatr. 2003 Jun;92(6):747-53).

La estimulación sistemática en el hogar y una interrelación madre-hijo adecuado son algunos de los principales elementos necesarios para el correcto desarrollo del niño (Bol Med Hosp Infant Mex. 1990 Apr;47(4):251-5).


Existe evidencia que apoya los beneficios del tacto y la terapia de masaje en el recién nacido. Las diferentes técnicas de masaje proporciona beneficios. Se sugiere que el masaje tiene varios efectos positivos en recién nacidos de término, con aumento de peso, mejor patrón de sueño-vigilia, el desarrollo neuromotor mejorado, una mejor vinculación emocional, la reducción de las tasas de infección hospitalarias y, por ende, reducción de la mortalidad en los pacientes hospitalizados. Muchos estudios han descrito la técnica y la frecuencia de este procedimiento. El masaje resultó ser más útil cuando se usa algún tipo de aceite lubricante y los efectos nocivos como el daño físico y un mayor riesgo de infección se encuentran cuando el masaje se realiza inadecuadamente (Indian Pediatr. 2010 Sep;47(9):771-6).

Los primeros ocho años de la vida del niño son fundamentales, especialmente los tres primeros años, que son la base de la salud, el crecimiento y el desarrollo en el futuro. Durante este período, las niñas y los niños aprenden más rápidamente que en cualquier otra época. Los recién nacidos y los niños de corta edad se desarrollan con mayor rapidez y aprenden más rápidamente cuando reciben amor y afecto, atención, aliento y estímulos mentales, así como alimentos nutritivos y una buena atención de la salud.

Todos los niños tienen derecho a que les registren legalmente cuando nacen, a recibir atención de la salud, una buena alimentación, educación y protección contra las lesiones, el maltrato y la discriminación. Es la obligación de los progenitores y los gobiernos asegurar que estos derechos se respeten, se protejan y se pongan en práctica.

Se describe la importancia de la familia como primer contexto de desarrollo infantil, y cómo las relaciones maritales y las parentales influyen en la conducta de estos. Se ofrecen datos que permiten afirmar el efecto conjunto de los conflictos matrimoniales y las prácticas de crianza inadecuadas sobre los problemas de conducta de los hijos. Confirman investigaciones que los conflictos matrimoniales asociados con las prácticas de crianza negativas son variables predictoras de gran número de problemas de conducta, sobre todo externos. 


Los resultados (referidos siempre a la percepción de los padres de la conducta de los hijos) ponen de manifiesto que cuando los hijos viven en hogares con gran frecuencia de conflictos matrimoniales, y los padres ejercen una o varias prácticas de crianza de riesgo, estas variables pueden provocar, o provocan de hecho, problemas de conducta. Además, los problemas aumentan en la medida en que aumentan los conflictos matrimoniales y las prácticas de crianza inadecuadas (como control autoritario, énfasis en el logro y castigos no físicos), y disminuyen las adecuadas (como expresión de afecto, guía razonada y disfrutar con el niño).

Así, en el desarrollo infantil podemos establecer que el perfil de los hijos que tienden a presentar más problemas de conducta es el de aquellos que pertenecen a un hogar, cuyos progenitores se caracterizan por presentar gran frecuencia de conflictos de pareja y por ejercer gran control autoritario sobre ellos (Parents and children: risk variables. educ.educ., Jan./June 2007, vol.10, no.1, p.27-37).

Del inicio del desarrollo infantil desde el recién nacido.

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